jueves, 29 de agosto de 2013

El rey león (1994) - (The Lion King)



Corría el año 1994 cuando la otrora todopoderosa Disney alcanzó la casi-perfección animada con una obra condenada a perdurar por los siglos de los siglos. Y es que, El rey león, por mucho que les joda a algunos negacionistas y quisquillosos enemigos de la multinacional norteamericana (como mi querido y odiado Alejandro Jodorowsky, que mantiene una estúpida cruzada contra esta compañía), es una obra total, un drama épico clásico, una epopeya, una tragedia griega. ¡Claro que no es original! ¿Nadie ha oído hablar de la intertextualidad?

Sí, la trama se parece a Hamlet y, por lo tanto, es muy Shakespeariana, pero todavía no llego a comprender por qué eso puede ser negativo de alguna forma.




No os dejéis engañar por esos asesinos de ilusión. Estamos analizando una película, y no las tramas socio-económicas de una multinacional (algo que algunos nunca llegarán a comprender). Este es una película maravillosa, una obra de arte en casi todos sus aspectos: una técnica brillante y depurada con algunos adelantos que nos dejaron boquiabiertos en su momento, una historia oscura al mejor estilo clásico de Disney (con muertes trágicas de progenitores y todo eso) plasmada en un guión que no cojea lleno personajes carismáticos...

No en vano, esta película hace tiempo que trascendió su propia naturaleza, por ejemplo, resultando en un musical de acción real que ha seguido cosechando éxitos por todo el mundo, o siendo la propia película reestrenada en cines hasta en 3 ocasiones.




El rey león llegó en el año 1994, cuando los estudios de animación se encontraban en plena transición de las 2D a las inevitables 3D. En el rey león ya se vio mucho ordenador (aunque se tratara de animación tradicional), sobre todo para generar escenas en las que se reproducían grandes cantidades de animales de manera digital (técnica que se utilizaría posteriormente mejorada en Mulan). Un año después Pixar se quedaría con todo (dejando claro que las 3D puras ya eran una realidad) tras estrenar la genial Toy Story, pero esa es otra historia...




Una pregunta que podríamos hacernos es: si Disney fue una máquina de generar clásicos de forma instantánea, ¿era El rey león mejor que sus contemporáneas?. La respuesta es sí. Esta se trata de una película mucho más compleja, madura y completa que, por ejemplo, grandes obras como La Bella y la Bestia (película que en 1991 llegó a ser nominada al Oscar a mejor película, y cuando solo había 5 nominadas), que es otra obra maestra.

¿Por qué digo esto? Pues seguramente porque es una obra muy clásica. Venganza, traición, culpa, redención, auge y caída, miseria, totalitarismo, vida y muerte, irreversibilidad, responsabilidad... Muchos son los temas tratados mediante los coloristas y genialmente diseñados personajes de la película (que consiguen transmitir una expresividad impresionante).




Y lo diré otra vez: no, no es una película muy original. Tal vez nada original, pero no importa lo más mínimo. La cinta funciona con la precisión de un reloj suizo de los caros. Una historia de traiciones y reyes desterrados, de guerras fratricidas y superación de traumas y miedos, de personajes caídos que se levantan de nuevo.

Una película con momentos impactantes, impresionantes, emocionantes y evocadores (casi puedes notar la brisa de la sábana africana). Una película con villanos bien definidos que consiguen la empatía del público (puntazo y gran acierto que en otras películas de Disney no ocurre). En serio, ¿se puede pedir más?

No contaré mucho de la trama por si alguien todavía no la ha visto, pero trata de la epopeya de Simba, el pequeño príncipe león heredero al reino de su padre, el benévolo Mufasa, tras sufrir la traición de su tío, el maquiavélico Scar (¡el malo se llama Cicatriz! ¡Es genial!). Un viaje iniciático que convertirá al niño caprichoso y despreocupado en un hombre consciente de su responsabilidad, dispuesto a dar la cara por sus errores y hacer lo que un buen rey debe hacer (y lo dice un republicano)...

Título original: The Lion King. Dirección: Ron Minkoff, Roger Allers. Guión: Irene Mecchi, Linda Woolverton, Jonathan Roberts. Música: Hans Zimmer (con canciones de Elton John y Tim Rice).

LO MEJOR: Una historia clásica contada con animales que tienen más expresividad que las personas. Y es una historia muy buena y muy bien contada.

LO PEOR: Por mucho que fuera un gran éxito, la obsesión de la Disney por estrujar sus obras maestras generando subproductos como las irregulares secuelas (que no estaban mal, sobre todo la segunda) le han robado cierto halo de gran obra.

NOTA: 9/10

domingo, 4 de agosto de 2013

La soga (1948) - Rope



Ya hacía tiempo que quería tratar esta película, y más aun teniendo en cuenta que hace mucho tiempo que no llegaba una nueva "recomendación" a este blog. ¡Qué mejor título que La soga para el relanzamiento del mismo!

Esta cinta tal vez sea mi película favorita del genio británico Alfred Hitchcock, junto con La ventana indiscreta y Con la muerte en los talones. Aquí Hitchcock hace uno de los mejores ejercicios de gestión de intriga y tensión que se han hecho en la historia del cine. Y ojo, que esto es mucho decir.




Y para ello, el bueno de Alfred se sobra y se basta con una puesta en escena absolutamente teatral, con una sola localización y un decorado que no disimula su naturaleza, si no más bien todo lo contrario. Especial mención merece el enorme diorama de fondo, que muestra una imagen espectacular de la ciudad de Nueva York.

Y es que Hitchcock quería rodar toda la película en una sola toma, pero las limitaciones técnicas (la duración de las cintas) le obligó a replantearse esa idea, aunque encontró una solución: rodar toda la película a base de planos-secuencia, utilizando trucos de cámara para disimular los cortes entre ellos.




Para ello, el director coreografió los movimientos de los actores y diseñó junto a su equipo un complejo sistema destinado a modificar las dimensiones del decorado en tiempo real, para no tener que detener el rodaje y poder mover la cámara. Vamos, una locura que solo este genio podía plantearse de forma seria.

Pero, ¿de qué va todo esto? Pues la propuesta no podría parecer, en teoría, más sencilla. Unos jóvenes invitan a una pequeña fiesta a su antiguo profesor (entre otras personas), que no es otro que James Stewart (realizando un ejercicio de contención genial).



Esto podría parecer algo descafeinado como trama para una película de intriga, pero no lo es cuando desde el primer momento nos dejan claras las intenciones de esos jóvenes: asesinar a uno de sus amigos y pasearlo ante las narices de sus invitados para demostrar lo inteligentes y superiores que son, siendo capaces de realizar un asesinato perfecto.

Esa es la idea de la cinta. Hitchcock realiza una crítica alrededor de la idea del superhombre de Nietzsche, y ataca la línea de flotación de aquellos que, considerándose superiores, se creen con derecho a decidir sobre los destinos de los demás.

Hitchcock pone todas las cartas sobre la mesa, como absoluto genio del género, sin trampa ni cartón (no más allá del decorado, claro). Nos da toda la información y nos deja sacar conclusiones según avanza el reloj (un reloj que casi nos deja oír su tic tac).



Una película polémica que consiguió evadir la censura a pesar de tratar temas tan controvertidos como la teoría del superhombre antes comentada o la supuesta relación homosexual de los protagonistas (más que evidente para todo aquel que tenga ojos). Afortunadamente la cinta no sufrió ningún recorte.

Esta es una película inmortal, con un exquisito toque clásico, con ese Nueva York que casi puede respirarse a través de la ventana y el diorama falso que descansa detrás. Con una tensión de las que hacen sudar más que un capítulo de Juego de Tronos, porque, ¿quién sabe qué puede pasar a continuación? Solo Hitchcock, que era bastante cabroncete... Por último, el final es absolutamente devastador, un final que te mastica y te escupe a un lado de la carretera. ¡Qué genialidad!

Título original: Rope. Director: Alfred Hitchcock. Guión: Arthur Laurents, Ben Hecht. Música: Leo Forbstein. Fotografía: William Skall, Joseph Valentine. Reparto: James Stewart, John Dall, Farley Granger, Cedric Hardwicke, Constace Collier, Douglas Dick, Edith Evanson, Dick Hogan, Joan Chandler.

LO MEJOR: Es una rareza deliciosa. La tensión que se genera alcanza las mayores cotas de la historia del cine.

LO PEOR: Da un poco de pena que Hitchcock no pudiera rodar toda la película en una sola toma por las limitaciones técnicas. ¿Quién sabe qué podía haber salido de ahí?

NOTA: 10/10.