lunes, 23 de septiembre de 2013

Alatriste (2006)



La recomendación/crítica de hoy no estará exenta de polémica, pues se trata de la controvertida Alatriste, la adaptación cinematográfica del universo y las aventuras del famoso personaje homónimo del escritor Arturo Pérez Reverte.

Los fans de Las aventuras del Capitán Alatriste, entre los cuales ocupo un lugar de honor, esperaban como locos esta adaptación, así como el público en general, pero la misma, a pesar de funcionar bien en taquilla, no dejó a todo el mundo satisfecho. Pero a mí me gustó...




Tal vez el público español esperaba ver una especie de El señor de los anillos con los tercios viejos repartiendo mandobles, y el viejo Capitán Alatriste luchando solo contra cientos de holandeses, dándoles pasaporte con la espada y la daga. Obviamente esto no iba a pasar, pues nos encontramos ante una película realista.

Es evidente que la película no es redonda y tiene problemas graves: lo inconexo de las tramas del guión, la falta de ritmo, un casting algo desafortunado en algunos papeles... Sobre todo demasiada ambición.




Pero a pesar de todo eso, la película tiene grandes y emocionantes momentos, y por si fuera poco, podemos disfrutar de una actuación impresionante de Viggo Mortensen, para el que también hubo palos. Y es que la gente no estaba cómoda con su extraño acento, al que consideraban poco realista (lo que es curioso, ya que dudo que la gente pueda saber qué acento tendría un soldado buscavidas del siglo de oro). Yo, sin embargo, pienso que es un lujo disfrutar de un actor de la talla de Mortensen haciendo un trabajo tan profundo y vaciándose en la labor.




Si bien es cierto que no creo que la elección para la dirección de Agustín Díaz Yanes fuera acertada, hay que reconocerle el interés (aunque es cierto que no consigue generar un buen ritmo narrativo). Por otra parte, la factura técnica de la película es exquisita: la fotografía es muy buena, el sonido y el diseño de producción no desentonan, y sobre todas las cosas, ahí está la genial música de Roque Baños, protagonista junto con Mortensen de la cinta.

Y es que la maravillosa banda sonora de la película tiene ese punto de épica fallida, de miserables con honor, de hombres olvidados en el barro. Porque en Alatriste no hay caballeros de brillante armadura (bueno, sí los hay, pero son los corruptos, las sanguijuelas que viven de sangrar a los que tienen abajo, en fin, los nobles), hay hombres y mujeres con el coleto de cuero raído (en este caso el coleto de cuero sería metafórico) y manchados de barro y mierda hasta las orejas.




Lamentablemente, la película parece un eterno anti-clímax. Y esto fue lo que gran parte del público no pudo perdonar (ya que, repito, esperaban ver una especie de El señor de los anillos con Alatriste).

El principal error fue intentar abarcar tanta historia (la casi totalidad de los libros publicados y contenido adicional escrito para la película), cuando si se hubiera hecho una película más sencilla siguiendo la historia de alguno de los libros, se podría hacer conseguido una película redonda que hubiera podido comenzar una saga exitosa y rentable.

Como ya he dicho, Díaz Yanes (que también firma el guión) intenta abarcar más de lo que puede, buscando una cinta al estilo de El Padrino 2, o Érase una vez en América, pero falla en el intento. En este caso, menos seguramente hubiera sido más.

Eso sí, al tratar toda la trayectoria vital del Alatriste que podemos ver en las novelas de Pérez Reverte, los tiempos muertos se ven recompensados con algunos grandes momentos (grandísimos), y eso también hay que reconocérselo al director: Alatriste hablando con Íñigo del amor, Alatriste visitando a una María de Castro enferma y derrotada, un abatido Quevedo caminando por las calles del viejo Madrid, o el "cuenta lo que fuimos" de Sebastian Copons... Amigos, lo peor que puede pasarte al ver una película es no sentir nada. Con Alatriste, sentirás (si te quitas de encima los prejuicios).



El reparto muestra sus altibajos. Lo mejor, sin duda, es la soldadesca, la camaradería que muestran, sus leyes no escritas. El reparto en ese sentido muestra un carisma y una complicidad desbordante. Empezando por el propio Viggo (Alatriste), pasando por un genial Eduard Fernández (Copons), hasta unos maravillos Antonio Dechent (Garrote) y Luis Zahera (Pereira).

Juan Echanove hace un digno Quevedo, Javier Cámara tampoco desentona como el Conde Duque de Olivares. Tal vez sea Unax Ugalde, que da vida a Íñigo, el inseparable "ahijado" de Alatriste, el que más tarda en convencer, pero al final lo consigue. Enrico Lo Verso da vida a Malatesta, el villano enlutado, y lo cierto es que da perfectamente la imagen y el tono requeridos. Elena Anaya (Angélica) resulta poco creíble en un principio, pero posteriormente mejora, al igual que pasara con Ugalde. Eduardo Noriega va de más a menos, firmando una actuación bastante mejorable (aunque lo cierto es que el papel era bastante flojo).
En la parte negativa, la elección de Blanca Portillo para el papel de Fray Emilio Bocanegra resulta una extravagancia caprichosa que no funciona en ningún momento, y no porque Portillo no sepa lo que hace, sino porque simplemente NO PODÍA REPRESENTAR ESTE PAPEL.

Alatriste es una película imperfecta que por momentos parece una miniserie para televisión, con preocupantes fallos de guión y caídas de ritmo, pero también es una película que no juega a colmar la experiencia visual para no hacer pensar al espectador, sino que se baja a la arena, a luchar en el terreno del drama, y es entonces cuando consigue sus mejores resultados. ¿Cómo no va a merecer la pena?

Título original: Alatriste. Dirección: Agustín Díaz Yanes. Guión: Agustín Díaz Yanes (novelas de Arturo Pérez Reverte). Música: Roque Baños. Fotografía: Paco Femenía. Reparto: Viggo Mortensen, Unax Ugalde, Eduard Fernández, Elena Anaya, Enrico Lo Verso, Eduardo Noriega, Antonio Dechent, Luis Zahera, Juan Echanove, Javier Cámara, Jesús Castejón, Ariadna Gil, Blanca Portillo, Pilar López de Ayala.

LO MEJOR: Una buena historia de personajes que consiguen nuestra empatía. La emoción de los tres o cuatro grandes momentos que tiene la cinta. El aspecto de la cinta es muy bueno. La música de Roque Baños es genial. La parte del reparto que está bien, está muy bien.

LO PEOR: Que Díaz Yanes jugara con demasiada ambición, perdiendo la batalla del ritmo y la narración. Tramas inconexas y sin importancia, no aportan nada y únicamente matan el ritmo y el interés. El personaje de Blanca Portillo hace daño a la película, y esto es culpa del director, que buscó una extravagancia gratuita.

NOTA: 7/10

jueves, 29 de agosto de 2013

El rey león (1994) - (The Lion King)



Corría el año 1994 cuando la otrora todopoderosa Disney alcanzó la casi-perfección animada con una obra condenada a perdurar por los siglos de los siglos. Y es que, El rey león, por mucho que les joda a algunos negacionistas y quisquillosos enemigos de la multinacional norteamericana (como mi querido y odiado Alejandro Jodorowsky, que mantiene una estúpida cruzada contra esta compañía), es una obra total, un drama épico clásico, una epopeya, una tragedia griega. ¡Claro que no es original! ¿Nadie ha oído hablar de la intertextualidad?

Sí, la trama se parece a Hamlet y, por lo tanto, es muy Shakespeariana, pero todavía no llego a comprender por qué eso puede ser negativo de alguna forma.




No os dejéis engañar por esos asesinos de ilusión. Estamos analizando una película, y no las tramas socio-económicas de una multinacional (algo que algunos nunca llegarán a comprender). Este es una película maravillosa, una obra de arte en casi todos sus aspectos: una técnica brillante y depurada con algunos adelantos que nos dejaron boquiabiertos en su momento, una historia oscura al mejor estilo clásico de Disney (con muertes trágicas de progenitores y todo eso) plasmada en un guión que no cojea lleno personajes carismáticos...

No en vano, esta película hace tiempo que trascendió su propia naturaleza, por ejemplo, resultando en un musical de acción real que ha seguido cosechando éxitos por todo el mundo, o siendo la propia película reestrenada en cines hasta en 3 ocasiones.




El rey león llegó en el año 1994, cuando los estudios de animación se encontraban en plena transición de las 2D a las inevitables 3D. En el rey león ya se vio mucho ordenador (aunque se tratara de animación tradicional), sobre todo para generar escenas en las que se reproducían grandes cantidades de animales de manera digital (técnica que se utilizaría posteriormente mejorada en Mulan). Un año después Pixar se quedaría con todo (dejando claro que las 3D puras ya eran una realidad) tras estrenar la genial Toy Story, pero esa es otra historia...




Una pregunta que podríamos hacernos es: si Disney fue una máquina de generar clásicos de forma instantánea, ¿era El rey león mejor que sus contemporáneas?. La respuesta es sí. Esta se trata de una película mucho más compleja, madura y completa que, por ejemplo, grandes obras como La Bella y la Bestia (película que en 1991 llegó a ser nominada al Oscar a mejor película, y cuando solo había 5 nominadas), que es otra obra maestra.

¿Por qué digo esto? Pues seguramente porque es una obra muy clásica. Venganza, traición, culpa, redención, auge y caída, miseria, totalitarismo, vida y muerte, irreversibilidad, responsabilidad... Muchos son los temas tratados mediante los coloristas y genialmente diseñados personajes de la película (que consiguen transmitir una expresividad impresionante).




Y lo diré otra vez: no, no es una película muy original. Tal vez nada original, pero no importa lo más mínimo. La cinta funciona con la precisión de un reloj suizo de los caros. Una historia de traiciones y reyes desterrados, de guerras fratricidas y superación de traumas y miedos, de personajes caídos que se levantan de nuevo.

Una película con momentos impactantes, impresionantes, emocionantes y evocadores (casi puedes notar la brisa de la sábana africana). Una película con villanos bien definidos que consiguen la empatía del público (puntazo y gran acierto que en otras películas de Disney no ocurre). En serio, ¿se puede pedir más?

No contaré mucho de la trama por si alguien todavía no la ha visto, pero trata de la epopeya de Simba, el pequeño príncipe león heredero al reino de su padre, el benévolo Mufasa, tras sufrir la traición de su tío, el maquiavélico Scar (¡el malo se llama Cicatriz! ¡Es genial!). Un viaje iniciático que convertirá al niño caprichoso y despreocupado en un hombre consciente de su responsabilidad, dispuesto a dar la cara por sus errores y hacer lo que un buen rey debe hacer (y lo dice un republicano)...

Título original: The Lion King. Dirección: Ron Minkoff, Roger Allers. Guión: Irene Mecchi, Linda Woolverton, Jonathan Roberts. Música: Hans Zimmer (con canciones de Elton John y Tim Rice).

LO MEJOR: Una historia clásica contada con animales que tienen más expresividad que las personas. Y es una historia muy buena y muy bien contada.

LO PEOR: Por mucho que fuera un gran éxito, la obsesión de la Disney por estrujar sus obras maestras generando subproductos como las irregulares secuelas (que no estaban mal, sobre todo la segunda) le han robado cierto halo de gran obra.

NOTA: 9/10

domingo, 4 de agosto de 2013

La soga (1948) - Rope



Ya hacía tiempo que quería tratar esta película, y más aun teniendo en cuenta que hace mucho tiempo que no llegaba una nueva "recomendación" a este blog. ¡Qué mejor título que La soga para el relanzamiento del mismo!

Esta cinta tal vez sea mi película favorita del genio británico Alfred Hitchcock, junto con La ventana indiscreta y Con la muerte en los talones. Aquí Hitchcock hace uno de los mejores ejercicios de gestión de intriga y tensión que se han hecho en la historia del cine. Y ojo, que esto es mucho decir.




Y para ello, el bueno de Alfred se sobra y se basta con una puesta en escena absolutamente teatral, con una sola localización y un decorado que no disimula su naturaleza, si no más bien todo lo contrario. Especial mención merece el enorme diorama de fondo, que muestra una imagen espectacular de la ciudad de Nueva York.

Y es que Hitchcock quería rodar toda la película en una sola toma, pero las limitaciones técnicas (la duración de las cintas) le obligó a replantearse esa idea, aunque encontró una solución: rodar toda la película a base de planos-secuencia, utilizando trucos de cámara para disimular los cortes entre ellos.




Para ello, el director coreografió los movimientos de los actores y diseñó junto a su equipo un complejo sistema destinado a modificar las dimensiones del decorado en tiempo real, para no tener que detener el rodaje y poder mover la cámara. Vamos, una locura que solo este genio podía plantearse de forma seria.

Pero, ¿de qué va todo esto? Pues la propuesta no podría parecer, en teoría, más sencilla. Unos jóvenes invitan a una pequeña fiesta a su antiguo profesor (entre otras personas), que no es otro que James Stewart (realizando un ejercicio de contención genial).



Esto podría parecer algo descafeinado como trama para una película de intriga, pero no lo es cuando desde el primer momento nos dejan claras las intenciones de esos jóvenes: asesinar a uno de sus amigos y pasearlo ante las narices de sus invitados para demostrar lo inteligentes y superiores que son, siendo capaces de realizar un asesinato perfecto.

Esa es la idea de la cinta. Hitchcock realiza una crítica alrededor de la idea del superhombre de Nietzsche, y ataca la línea de flotación de aquellos que, considerándose superiores, se creen con derecho a decidir sobre los destinos de los demás.

Hitchcock pone todas las cartas sobre la mesa, como absoluto genio del género, sin trampa ni cartón (no más allá del decorado, claro). Nos da toda la información y nos deja sacar conclusiones según avanza el reloj (un reloj que casi nos deja oír su tic tac).



Una película polémica que consiguió evadir la censura a pesar de tratar temas tan controvertidos como la teoría del superhombre antes comentada o la supuesta relación homosexual de los protagonistas (más que evidente para todo aquel que tenga ojos). Afortunadamente la cinta no sufrió ningún recorte.

Esta es una película inmortal, con un exquisito toque clásico, con ese Nueva York que casi puede respirarse a través de la ventana y el diorama falso que descansa detrás. Con una tensión de las que hacen sudar más que un capítulo de Juego de Tronos, porque, ¿quién sabe qué puede pasar a continuación? Solo Hitchcock, que era bastante cabroncete... Por último, el final es absolutamente devastador, un final que te mastica y te escupe a un lado de la carretera. ¡Qué genialidad!

Título original: Rope. Director: Alfred Hitchcock. Guión: Arthur Laurents, Ben Hecht. Música: Leo Forbstein. Fotografía: William Skall, Joseph Valentine. Reparto: James Stewart, John Dall, Farley Granger, Cedric Hardwicke, Constace Collier, Douglas Dick, Edith Evanson, Dick Hogan, Joan Chandler.

LO MEJOR: Es una rareza deliciosa. La tensión que se genera alcanza las mayores cotas de la historia del cine.

LO PEOR: Da un poco de pena que Hitchcock no pudiera rodar toda la película en una sola toma por las limitaciones técnicas. ¿Quién sabe qué podía haber salido de ahí?

NOTA: 10/10.

jueves, 27 de octubre de 2011

Robocop (1987)


¿Qué puedo contar de una de mis películas favoritas? Hoy os recomiendo la muy infravalorada Robocop, del controvertido director holandés Paul Verhoeven, una perfecta mezcolanza de ciencia-ficción, acción, comedia negra y crítica social, y con un muy estudiado y delicioso toque de serie-B. Esta película, a finales de los 80, ejerció de oráculo para lo que habría de venir, al igual que otros títulos de su época, como la también infravalorada Perseguido (The Running Man).


Se podría caer en el error de pensar que estamos simplemente ante una película de acción ochentera de serie B, pero Paul Verhoeven no suele dar puntadas sin hilo. De hecho Robocop es una sátira feroz sobre un mundo deshumanizado, dominado por el capital de las grandes empresas y corporaciones (¿les suena de algo?) que en un futuro reconocible y cercano, han llevado al mundo a un callejón sin salida de consumismo sin control en el que la gente no vale nada.


Tenemos a un buen hombre, un policía de libro, honrado y honorable, Alex Murphy (el siempre prestigioso Peter Weller), que en su primer día como agente en Nuevo Detroit (típico paisaje urbano-distópico) es acribillado a balazos (en una de las escenas más brutales jamás rodadas) por la banda del criminal número uno de la ciudad, el cruel y cínico Clarence Boddicker (un genial Kurtwood Smith).


Murphy está acabado, pero los médicos consiguen salvar la suficiente proporción de su cuerpo para que Bob Morton (Miguel Ferrer), un joven y ambicioso ejecutivo de la todopoderosa corporación OCP (dueña de todo, incluida la policía de Nuevo Detroit) lleve a cabo su proyecto de policía cyborg. El nombre de ese proyecto es Robocop. Así que Morton pasa por encima del ejecutivo estrella de la compañía, el malo de la película y uno de los villanos icónicos de los 80, Dick Jones (Ronny Cox), y le pisa el proyecto delante del jefazo de la compañía.


Y esto lo consigue porque el proyecto estrella de Dick Jones, el robot vigilante ED-209, monta una masacre en su presentación. Así que Robocop se convierte en un éxito y es introducido en la policía de Nuevo Detroit (un cuerpo en el que día sí día también están haciendo colectas para las familias de los policías muertos en acto de servicio). Pero Jones decide deshacerse, primero de Bob Morton, y luego de su creación, Robocop. Así que una a Boddicker y su banda para alcanzar sus planes.


Como veis la trama no es excesivamente original, pero sí lo es la manera en que se lleva a cabo. Estamos ante una historia de corrupción, honor y venganza, pero contada con un brutal sentido del humor negro que quedó perfectamente condensado en una serie de falsos anuncios televisivos de productos que están compilados en los siguientes vídeos, lo que también fue realizado en la película Perseguido, que trataré otro día.





Hoy en día, vemos esta película y nada nos sorprende, pero si nos damos cuenta de que fue rodada en 1987, una década en la que había una extraña mezcla entre optimismo y pesimismo flotando en el aire, vemos que aquellos que la pensaron hicieron muy bien su trabajo de videntes. Algo nos dice que estamos muy cerca de ese mundo que nos enseñan, mucho menos poético y lírico que el de Blade Runner, pero también mucho más cercano.


Otro de los puntos fuertes de la cinta es la genial banda sonora de Basil Poledouris, uno de mis músicos de cine favoritos (la de Conan es, para mí, la mejor BSO jamás grabada). Poledouris nos ofrece unas épicas melodías industriales que, con sonidos que parecen provenir de una forja, reflejan perfectamente el entorno metálico y frío en el que se mueve la historia.


Tiene grandes momentos canallas, puntazos humorísticos, muertes tan desagradables como cómicas, impactos visuales... En fin, todo lo que se le puede pedir a uno de los títulos míticos de los 80. Por dar un ejemplo, si la muerte de Murphy es brutal, la muerte de uno de los secuaces de Boddicker, Emil (Paul McCrane) tiene una de las muertes más recordadas e impresionantes de la historia del cine, deshaciéndose primero, y luego fulminado por una furgoneta, tras pegarse un buen baño de residuos tóxicos.


En fin, que Robocop es una gran película que se puede ver por muchos motivos, pero el principal es que es extremadamente entretenida y espectacular. Sus secuelas fueron reduciendo la calidad desde la más que digna segunda parte hasta la ridícula y horrible tercera entrega, pero el aroma de la primera sigue inalterable más de 20 años después. Una película de ciencia-ficción que cada vez tiene menos ficción...

Título original: Robocop. Director: Paul Verhoeven. Guión: Edward Neumeier, Michael Miner. Música: Basil Poledouris. Fotografía: Jost Vacano. Reparto: Peter Weller, Nancy Allen, Kurtwood Smith, Ronny Cox, Miguel Ferrer, Daniel O'Herlihy, Ray Wise, Paul McCrane, Jesse Goins, Robert DoQui.

LO MEJOR: La acertada fotografía social. Los "pasotes" de Paul Verhoeven. El genial humor negro.

LO PEOR: No se me ocurre nada que reflejar...

NOTA: 8/10.