miércoles, 24 de agosto de 2011

Infierno de cobardes (1973) - High Plains Drifter


Con la película que trataré a continuación nos iremos hasta los primeros años de los 70 para revisitar el segundo film dirigido por Clint Eastwood, y que además fue su primer western (en la dirección, obviamente), Infierno de cobardes, película que también protagoniza. Lo primero que puede que os sorprenda es que en las "etiquetas" del artículo, al lado del término "western" aparecen los términos "terror" y "fantástico". Bien, lo explicaré un poco más adelante, pero ya os adelanto que ese fantástico no va por lo bueno que es el film (que también), sino por otras cosas muy distintas.


La película comienza con la imagen de un pueblo de mala muerte rodeado de desierto, y mientras una tétrica música suena de una forma poco perceptible (genial creación de Dee Barton), un jinete se va acercando, salido desde la nada. Es Clint Eastwood, que en esta ocasión vuelve a encarnar a un jinete sin nombre (o no, ya veremos). Se trata del anti-héroe. A este hombre callado, con una mirada de hielo (o de fuego, según se mire), no lo conoce nadie, lo que es muy extraño para los lugareños, ya que nadie en su sano juicio se dejaría caer por allí sin una buena razón. Unos matones le tocan las narices al bueno de Clint, y éste les da pasaporte sin pensarlo demasiado.

Entonces aparecen los lugareños, unos tipos de apariencia tranquila, inocente y pacífica. Lo ven como la solución a todos sus problemas, y es que el pueblo es atacado de cuando en cuando por una banda de malhechores. Ellos son simples comerciantes, tenderos, gente tranquila. Hay incluso un enano llamado Mordecai. Todo es muy raro, una especie de Twin Peaks en el lejano oeste. Pero muy pronto vemos que esa gente no es tan inocente como parece y que ocultan algo.


El jinete misterioso acepta ayudar a la gente del pueblo, pero el precio va a ser muy alto. Aquí es cuando el simbolismo alcanza cotas de cine de otro tiempo. Obliga a la gente del pueblo a cambiar el nombre del mismo por HELL (infierno), hace que pinten todos los edificios de rojo intenso, prepara una extraña fiesta... Mientras tanto, nos abordan visiones del linchamiento del último sheriff que hubo en el pueblo. Está claro, los matones de esa banda de malhechores antes mencionada acabaron con la vida del sheriff sin que nadie hiciera nada por evitarlo, la mayoría por miedo, alguno incluso por interés.

El misterioso pistolero no es ningún héroe entendido de la manera clásica, ya que trata horriblemente mal a la gente del pueblo, les hecha a la cara sus pasados, incluso llega a abusar de una mujer que también se siente culpable por algo. Este tipo parece un demonio salido del infierno... y tal vez lo sea. A las únicas personas que trata un poco mejor es a Mordecai, el enano (que realmente intenta ayudarlo en todo lo que puede), y esa mujer de la que abusa (de una forma un tanto enrevesada y filosófica). Está claro, todos van a sufrir porque de alguna manera lo merecen, pero algunos además van a morir.


El jinete misterioso acaba con la banda de malhechores (que no dan crédito a lo que están viendo) y con algún que otro aprovechado comerciante local. Y tras salvar a la gente del pueblo destruyéndola, vuelve a salir del pueblo hacia el desierto, de la misma forma que llegó, no sin antes sugerir su identidad a su único amigo, Mordecai, que siendo un enano resulta ser el único hombre digno de ese pueblo, que estaba presumiblemente lleno de gente respetable y de bien.

Bien, ahora os contaré cual fue el problema que tuvo esta película en España, y, esta vez podemos declarar con voz rotunda, que fue culpa del doblaje, ya que en nuestro país, éste cambió radicalmente el final de la historia. Toda la trama está construida para sugerir que el personaje de Clint Eastwood no es otro que el sheriff asesinado, que vuelve desde el infierno (aquí no ha inocentes) como un ángel vengador, no para conseguir su redención o para salvar a nadie, sino para castigar a todos aquellos que lo merecen por su acción o inacción. Pero en España, por miedo a que esto no fuera entendido, como nos ven un poco monguers, decidieron incluir una frase en off en el momento que el jinete se despide de Mordecai, en la que el misterioso hombre asegura ser el hermano del sheriff asesinado. Bien, esto iba a ser así en un principio, en la primera versión del guión, pero Clint Eastwood decidió introducir ese toque de terror fantástico de un hombre que vuelve de la muerte, y desde el principio se fijó la ambigüedad, ya que en la versión original, lo que Eastwood le dice a Mordecai realmente cuando éste le dice que no conoce su identidad es "Sí, sí que lo sabes", y todo esto mientras los dos observan la tumba del sheriff Duncan.

Como veis, el simbolismo no es que sea muy sutil, pero genera una mezcolanza de géneros que resulta muy original y arriesgada. Un western desmitificador dedicado a la memoria de los dos padres cinematográficos de Eastwood: Sergio Leone y Don Siegel. Un western donde los pobres corderitos inocentes ni son tan inocentes ni merecen tanta empatía como cabría esperar, un western donde nos dejan muy a las claras que las únicas personas que merecen el respeto del vengador del infierno son el único hombre digno (un enano) y la única mujer digna (una puta, y no por prostituirse ojo, de hecho la escena del abuso del jinete y la mujer es para justificar ese punto, ya que no es tanto algo sexual como bíblico) que hay en un pueblo de cobardes que debe convertirse en un infierno.

La peli, a pesar de no ser perfecta, es genial, aterradora, divertida, compleja... Clint Eastwood todavía tenía cosas que aprender en la dirección, pero aquí vemos a un Eastwood mordaz, puro, implicado y con esa sucio grano de Leone y Siegel. Cuando estrenó Más allá de la vida, muchos periodistas y críticos se llenaron la boca asegurando que esa era la primera incursión del genial cineasta en el género fantástico. Se equivocaban...

Título original: High Plains Drifter. Dirección: Clint Eastwood. Guión: Ernest Tidyman, Dean Riesner. Música: Dee Barton. Reparto: Clint Eastwood, Verna Bloom, Mitchell Ryan, Mariana Hill, Billy Curtin, Stefan Gierasch, Geoffrey Lewis, Jack Ging.

LO MEJOR: La mezcla de géneros, con ese western salpicado por los géneros de terror y fantástico. La falta de moralidad y ética del supuesto héroe. Nos presenta la sociedad como es, sin falsas ideas idealizadas.

LO PEOR: El vergonzoso cambio de final por parte de los responsables del doblaje español.

NOTA: 8/10.

1 comentario:

Anónimo dijo...

yo habia leido que el forastero tambien puede ser el diablo, pero parecen dejar claro que es el sherif muerto.