domingo, 28 de agosto de 2011

GATTACA (1997)


No, no estoy hablando de "se abre el telón y aparece una tigresa de 700 kilos, ¿cómo se llama la película?". Jo jo jo, hoy empezamos con humor del bueno, del inteligente. No sé lo que hago, y menos cuando se trata una película de culto como la que os presento hoy. GATTACA, desde mi punto vista uno de los últimos grandes clásicos modernos. Una de las mejores películas de ciencia-ficción de los últimos 30 años (otra vez desde mi punto de vista), con una belleza lírica en algunos momentos (lo que para algunos críticos hace que sea peor cinta de ciencia ficción ¿¿¿???) y una historia terroríficamente realista.

El neozelandés Andrew Niccol, capaz de lo mejor y de lo peor (en aquel momento estaba escribiendo el guión de El show de Truman, otro genial trabajo, esta vez poniendo negro sobre blanco en Courier New), debutó en la dirección a lo grande con esta maravilla que hizo las delicias del emergente movimiento gafapasta, formado por esos descreídos de la generación-X que vieron unirse sus temas preferidos en un título de culto: distopía, eugenesia, intriga, ciencia ficción, Ethan Hawke... Sí amigos, no todo iba a ser bueno en esta película, ya que estamos ante una película cool, una peli que respira pop alternativo, que supura suicidio por los cuatro costados. Querida (de)generación-X: Kurt Cobain murió, en Seattle siempre está lloviendo, y todo lo que un día os gustó ahora es más mainstream que Michael Bay. ¡Aceptadlo!


Os preguntaréis cómo es posible que siendo esta película una obra maestra del gafapastismo y habiendo causado controversia entre la crítica, yo la defienda a capa y espada. Pues porque es, sencillamente, una obra maestra del género. ¡Yo también puedo ser muy profundo y cariacontecido!

Estamos ante una sociedad ligeramente futura y supuestamente perfecta, en la que la genética marca las vidas de los ciudadanos. La eugenesia social llevada al extremo, pero sin matar gente. Si tu genética es perfecta podrás ser lo que quieras ser, pero si tienes algún fallo, alguna minusvalía, alguna tara, serás un ciudadano de segunda y te comerás una mierda como un piano. Y eso es lo que le pasa a Ethan Hawke, un joven que sueña con surcar el espacio en una nave espacial, pero con una salud bastante regulera, ya que tiene problemas de corazón (que en teoría no le permitirán vivir más de 30 años), lo que le impide poder cumplir su sueño de ser astronauta (unos astronautas muy elegantes, eso sí).


Pero tiene un plan maestro que llevará a cabo con la ayuda de Jude Law, un gran atleta que vio su carrera truncada al quedarse en una silla de ruedas. Le dará su identidad (y su genética, a base de darle sangre, piel, pelo, etc) para que el bueno de Ethan pueda irse al espacio y, seguramente, morir allí de un accidente cardiovascular comprometiendo la expedición (pero esa sería otra historia).

Vincent (Ethan Hawke), hará suyo el lema de "puedes conseguir todo lo que deseas si luchas hasta el final". Para colmo, mientras él es un invalido con problemas de corazón (pero con mucho corazón y coraje, toma simbolismo) que quiere realmente superarse a sí mismo y viajar al espacio, su hermano Anton (Loren Dean) es uno de los especímenes más perfectos del momento. La fina ironía de la ciencia-ficción.


Por cierto, amigos del cine de culto, también está Uma Thurman. Lo cierto es que su papel no es el más interesante de su carrera ni de la película, pero está cómoda dentro de la dignidad. Ethan y Jude se comen la peli, y cuando no están ellos dos, aparece Alan Arkin, con su impresionante y habitual presencia.

En fin, tras este párrafo insulso, os comento que con la ayuda de Jerome (Jude Law), Vincent consigue entrar en Gattaca, que es una empresa de investigación aeroespacial, y es destinado a una misión en la luna Titán, con lo que puede cumplir su sueño. Pero cuando todo parece solucionado, el director de la misión es asesinado, y comienza entonces la parte de cine negro de la peli. Este suceso hace que los engaños de Vincent para burlar los controles genéticos de la empresa sean más difíciles de llevarse a cabo.

Pero Vincent demuestra que su corazón es más fuerte que su condición (aunque no vaya a llevarle mucho más lejos de los 30 años). Su hermano Anton lo descubre, pero tras competir ambos en una salvaje maratón natatoria en aguas abiertas, comprende que Vincent siempre ha sido un hueso duro de roer que no quiso aceptar su condición de invalidez. Así que al final Vincent se gana el respeto de Anton y Vincent se sube a la nave espacial.




Os añado la escena final:




Y todo fue muy bonito y con muy buenos mensajes... Y encima sale Gore Vidal (nada que ver con Nacho).

Título original: GATTACA. Dirección: Andrew Niccol. Guión: Andrew Niccol. Música: Michael Nyman. Reparto: Ethan Hawke, Jude Law, Uma Thurman, Alan Arkin, Loren Dean, Gore Vidal, Elias Koteas, Ernest Borgnine.

LO MEJOR: Un reparto espectacular. El mensaje de "si luchas con todas tus fuerzas y no te guardas nada no podrás echarte nada en cara". La calidad y la factura de todo el conjunto.

LO PEOR: En algunos momentos puede ser más fría de lo necesario.

NOTA: 9/10.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Infierno de cobardes (1973) - High Plains Drifter


Con la película que trataré a continuación nos iremos hasta los primeros años de los 70 para revisitar el segundo film dirigido por Clint Eastwood, y que además fue su primer western (en la dirección, obviamente), Infierno de cobardes, película que también protagoniza. Lo primero que puede que os sorprenda es que en las "etiquetas" del artículo, al lado del término "western" aparecen los términos "terror" y "fantástico". Bien, lo explicaré un poco más adelante, pero ya os adelanto que ese fantástico no va por lo bueno que es el film (que también), sino por otras cosas muy distintas.


La película comienza con la imagen de un pueblo de mala muerte rodeado de desierto, y mientras una tétrica música suena de una forma poco perceptible (genial creación de Dee Barton), un jinete se va acercando, salido desde la nada. Es Clint Eastwood, que en esta ocasión vuelve a encarnar a un jinete sin nombre (o no, ya veremos). Se trata del anti-héroe. A este hombre callado, con una mirada de hielo (o de fuego, según se mire), no lo conoce nadie, lo que es muy extraño para los lugareños, ya que nadie en su sano juicio se dejaría caer por allí sin una buena razón. Unos matones le tocan las narices al bueno de Clint, y éste les da pasaporte sin pensarlo demasiado.

Entonces aparecen los lugareños, unos tipos de apariencia tranquila, inocente y pacífica. Lo ven como la solución a todos sus problemas, y es que el pueblo es atacado de cuando en cuando por una banda de malhechores. Ellos son simples comerciantes, tenderos, gente tranquila. Hay incluso un enano llamado Mordecai. Todo es muy raro, una especie de Twin Peaks en el lejano oeste. Pero muy pronto vemos que esa gente no es tan inocente como parece y que ocultan algo.


El jinete misterioso acepta ayudar a la gente del pueblo, pero el precio va a ser muy alto. Aquí es cuando el simbolismo alcanza cotas de cine de otro tiempo. Obliga a la gente del pueblo a cambiar el nombre del mismo por HELL (infierno), hace que pinten todos los edificios de rojo intenso, prepara una extraña fiesta... Mientras tanto, nos abordan visiones del linchamiento del último sheriff que hubo en el pueblo. Está claro, los matones de esa banda de malhechores antes mencionada acabaron con la vida del sheriff sin que nadie hiciera nada por evitarlo, la mayoría por miedo, alguno incluso por interés.

El misterioso pistolero no es ningún héroe entendido de la manera clásica, ya que trata horriblemente mal a la gente del pueblo, les hecha a la cara sus pasados, incluso llega a abusar de una mujer que también se siente culpable por algo. Este tipo parece un demonio salido del infierno... y tal vez lo sea. A las únicas personas que trata un poco mejor es a Mordecai, el enano (que realmente intenta ayudarlo en todo lo que puede), y esa mujer de la que abusa (de una forma un tanto enrevesada y filosófica). Está claro, todos van a sufrir porque de alguna manera lo merecen, pero algunos además van a morir.


El jinete misterioso acaba con la banda de malhechores (que no dan crédito a lo que están viendo) y con algún que otro aprovechado comerciante local. Y tras salvar a la gente del pueblo destruyéndola, vuelve a salir del pueblo hacia el desierto, de la misma forma que llegó, no sin antes sugerir su identidad a su único amigo, Mordecai, que siendo un enano resulta ser el único hombre digno de ese pueblo, que estaba presumiblemente lleno de gente respetable y de bien.

Bien, ahora os contaré cual fue el problema que tuvo esta película en España, y, esta vez podemos declarar con voz rotunda, que fue culpa del doblaje, ya que en nuestro país, éste cambió radicalmente el final de la historia. Toda la trama está construida para sugerir que el personaje de Clint Eastwood no es otro que el sheriff asesinado, que vuelve desde el infierno (aquí no ha inocentes) como un ángel vengador, no para conseguir su redención o para salvar a nadie, sino para castigar a todos aquellos que lo merecen por su acción o inacción. Pero en España, por miedo a que esto no fuera entendido, como nos ven un poco monguers, decidieron incluir una frase en off en el momento que el jinete se despide de Mordecai, en la que el misterioso hombre asegura ser el hermano del sheriff asesinado. Bien, esto iba a ser así en un principio, en la primera versión del guión, pero Clint Eastwood decidió introducir ese toque de terror fantástico de un hombre que vuelve de la muerte, y desde el principio se fijó la ambigüedad, ya que en la versión original, lo que Eastwood le dice a Mordecai realmente cuando éste le dice que no conoce su identidad es "Sí, sí que lo sabes", y todo esto mientras los dos observan la tumba del sheriff Duncan.

Como veis, el simbolismo no es que sea muy sutil, pero genera una mezcolanza de géneros que resulta muy original y arriesgada. Un western desmitificador dedicado a la memoria de los dos padres cinematográficos de Eastwood: Sergio Leone y Don Siegel. Un western donde los pobres corderitos inocentes ni son tan inocentes ni merecen tanta empatía como cabría esperar, un western donde nos dejan muy a las claras que las únicas personas que merecen el respeto del vengador del infierno son el único hombre digno (un enano) y la única mujer digna (una puta, y no por prostituirse ojo, de hecho la escena del abuso del jinete y la mujer es para justificar ese punto, ya que no es tanto algo sexual como bíblico) que hay en un pueblo de cobardes que debe convertirse en un infierno.

La peli, a pesar de no ser perfecta, es genial, aterradora, divertida, compleja... Clint Eastwood todavía tenía cosas que aprender en la dirección, pero aquí vemos a un Eastwood mordaz, puro, implicado y con esa sucio grano de Leone y Siegel. Cuando estrenó Más allá de la vida, muchos periodistas y críticos se llenaron la boca asegurando que esa era la primera incursión del genial cineasta en el género fantástico. Se equivocaban...

Título original: High Plains Drifter. Dirección: Clint Eastwood. Guión: Ernest Tidyman, Dean Riesner. Música: Dee Barton. Reparto: Clint Eastwood, Verna Bloom, Mitchell Ryan, Mariana Hill, Billy Curtin, Stefan Gierasch, Geoffrey Lewis, Jack Ging.

LO MEJOR: La mezcla de géneros, con ese western salpicado por los géneros de terror y fantástico. La falta de moralidad y ética del supuesto héroe. Nos presenta la sociedad como es, sin falsas ideas idealizadas.

LO PEOR: El vergonzoso cambio de final por parte de los responsables del doblaje español.

NOTA: 8/10.

lunes, 22 de agosto de 2011

Rollerball (1975)


Hoy vamos a tratar una de mis cintas distópicas preferidas, la amargamente divertida Rollerball, de 1975, el resultado de juntar en un bol grande el deporte mediático del momento, estrellas de relumbrón, distopía futurista y deshumanización. Es posible que otros prefieran títulos más sesudos del género y con un trasfondo más global y trascendente, como Fahrenheit 451 (1966) de Truffaut, o Soylent Green (1973). Son grandes películas, pero Rollerball, siendo algo más humilde en cuanto a trascendencia, alcanza un nivel muy interesante tratándose de una película de mezcla de géneros pensada para el lucimiento de una estrella emergente como era James Caan en aquella época.


Ahora bien, muchos de vosotros seguro que al leer el título de la peli de hoy os habéis ido al aborto cinematográfico rodado en 2002, un título vergonzante que literalmente se cagaba en el buen nombre y el buen hacer de este viejo clásico de culto. Para colmo, el remake fue dirigido por John McTiernan, uno de los directores que mejores películas de acción realiza, pero que en este caso alcanzó los mayores niveles del mierdómetro. No amigos, si aquel horroroso remake de 2002 es una mierda como la copa de un pino, la original, del año 75 (benditos 70 para el cine de los USA), dirigida por el canadiense Norman Jewison, es una digna película pensada para la diversión con un buen trasfondo para pensar en esa sociedad deshumanizada y distópica a la que cada vez nos vemos más abocados.


Pero los que no conozcáis esta pequeña joyita (pobres de vosotros) os preguntaréis de qué va. Pues bien, el rollerball es el fútbol deporte rey de la época, un violento y emocionante deporte que mezcla el baloncesto, el fútbol americano y el hockey, y en el que además se introducen motos y complementos que harían las delicias del último punk, ese que se suicidó en Putney Bridge (oh my god, he citado a Ramoncín). ¿Cuál es la finalidad del juego? Pues meter una pequeña bola de acero en el agujero (no el del culo, sino en una especie de canasta) del equipo rival, y, a ser posible, que algunos jugadores mueran o pierdan miembros.

En un futurista mundo de mierda (creo que ese es el término científico), el rollerball es lo único que hace feliz a las innumerables masas de gente de esa sociedad postindustrial. Y los jugadores de rollerball son los ídolos de las clases bajas y los amigos de las clases altas. Sí, queridos cinebuscadores, el snobismo del deporte profesional se deja ver muy bien en esta película. Además, podemos ver lo que en el futuro será la liga de fútbol mundial o la nueva NBA, ya que al rollerball juegan diferentes equipos provenientes de ciudades de todo el mundo. ¿Será mejor o peor para nuestros equipos punteros? Solo el tiempo lo dirá...


La mayor estrella del momento es Jonathan E. (James Caan), que juega para el equipo de la compañía Energy Corporation de la ciudad de Houston (ah sí, en este futuro distópico no mandan los paises, sino las corporaciones y empresas, más o menos como ahora). Jonathan es un jugador veterano, hasta ahora ha vivido bien, jugando a un deporte que le encanta y con el que se gana muy bien la vida, disfrutando de sus compañeros, y codeándose con la alta sociedad de la época. Sin embargo, empieza a pensar (grave error), y se da cuenta de que algo huele a podrido en esa especie de mundo sintético. Y es que la liga comienza a presionarle para que se retire, ya que temen que le pase algo a su gran estrella. Jonathan se rebela contra esa idea, y el juego más violento se vuelve todavía más violento, solo para intentar sacarlo de la circulación por no haber aceptado "una oferta que no podía rechazar".


El final (no os lo voy a contar) tiene un momento épico que puede parecer un poco tramposo, pero que a mí me gusta. Un hombre contra todo y contra todos. Una estrella que sacrifica una vida fácil por aquello en lo que cree. Un hombre que, por encima de todo, tiene dos cojones como el caballo de Espartero.

En fin, una película divertida, hija de los 70, que nos muestra un futuro que ya hemos alcanzado, que critica a esa sociedad de violencia televisada y que mueve tanto dinero y tantas pasiones. Algunos, de modo negativo, aseguran que además de eso la película busca la diversión y el entretenimiento. No veo por qué eso puede ser malo. Es divertida y entretenida. Es una película que los amantes del cine distópico no pueden dejar pasar. ¡Y es una peli de deportes violentos, coño! Ya están tardando en echarle el diente.

Título original: Rollerball. Dirección: Norman Jewison. Guión: William Harrison. Reparto: James Caan, John Houseman, Ralph Richardson, John Beck, Maud Adams, Moses Gunn, Pamela Hensley.

LO MEJOR: Nos enseña cómo se debe hacer una "película de videojuego" antes de que este género existiera (y prácticamente los videojuegos. Diversión y acción de los 70, cuando la violencia tenía cierta épica y una pizca de arte.

LO PEOR: Algunas veces cae en los tópicos. 

NOTA: 7/10.

domingo, 21 de agosto de 2011

La vida privada de Sherlock Holmes (1970) - (The private life of Sherlock Holmes)


Hoy nos vamos a la época victoriana, a ese Londres decimonónico con neblina made in Támesis que servía para proteger las identidades de los personajes más sórdidos de aquel Imperio Británico idóneo para novelar. Y lo hacemos para visitar al detective consultor más famoso de toda la historia, la creación magna de Arthur Conan Doyle, obviamente nuestro protagonista de hoy no es otro que el icónico Sherlock Holmes, uno de los personajes más agradecidos a la hora de rodar una película.

Nos encontramos ante la visión de un genio del cine, el mítico Billy Wilder. En esta ocasión, un maduro Wilder en 1970 nos regaló una visión desmitificadora (habitual en el cine de Wilder) de la vida del genial Sherlock Holmes, un detective más humano, más ambiguo (tanto sexualmente hablando, como en todo lo demás), más cómico y también más triste, de lo que lo habíamos visto hasta entonces.


Definitivamente, y a pesar de tratarse de una obra maestra (de lo mejor de la filmografía de Wilder (y eso es decir mucho, muchísimo), esta no es la película que el maestro hubiera querido hacer, ya que el estudio creyó conveniente meter el tijeretazo al proyecto primigenio. La obra iba a ser lo nunca visto, una sucesión de 4 historias de Sherlock Holmes tratadas mediante flashbacks a lo largo de casi 4 horas de metraje. A los productores al escuchar esto se les subieron los testículos a la altura de las cejas, y recortaron 2 horas en montaje eliminando dos de las historias y simplificando la trama y la manera en que ésta se muestra. Una lástima, ya que viendo el resultado de lo que nos ha llegado, esa versión de 4 horas hubiera sido épica sin lugar a dudas. Eso sí, tanto el guión original, como algunas escenas sin audio han sido rescatadas en las versiones de DVD anglosajonas, junto con más material original que Wilder quería mostrar. Algo es Algo...


Pero aun así, ¡qué gran película nos quedó! Una ambientación maravillosa, un reparto de lujo con unas actuaciones a un nivel que raya la perfección, y lo mejor de todo: Sherlock Holmes. Por un lado tenemos a un impresionante Robert Stephens metido en la piel y la ropa del detective sin parangón (si exceptuamos a Colombo, por supuesto). Stephens nos muestra a un Holmes más frágil de lo habitual, no es una máquina, sino un hombre (más o menos, porque sigue siendo bastante raro). Con su ambigüedad sexual, sus problemas de drogadicción, sus traumas sentimentales... Una mezcla entre Oscar Wilde y... y Robert Stephens. A su lado tiene al fiel Doctor Watson, interpretado por un también genial Colin Blakely, que construye un subalterno con mucha personalidad, mujeriego, pícaro, y absolutamente fiel.


Además, tenemos a un colosal Christopher Lee, que representa el papel del hermano de Sherlock, Mycroft Holmes. La esencia del mejor Lee está grabada a fuego en la cinta, con esa portentosa presencia que siempre ha tenido el actor inglés. Completa el cuarteto de personajes principales la francesa Geneviève Page, que interpreta a una espía alemana que causará un gran interés en esa descripción antropomorfa del síndrome de Asperger que es Sherlock Holmes.

Estamos ante una comedia negra absolutamente deliciosa, que nos hace pensar en lo que hubiéramos podido presenciar de haber tenido Billy Wilder la oportunidad de hacer las cosas como quería. Aun así, esto es un peliculón con todas las letras, que gustará tanto a los fieles seguidores e investigadores de Holmes, como a los que simplemente disfrutan de una buena y divertida historia rodada en cliché. ¿Por qué va a gastar tiempo viendo alguno de esos mierdones de nuevo cuño si puede visionar esta maravilla? Deje los truños para tardes resacosas de domingo y guarde el tiempo bueno para degustar esta obra maestra.

Título original: The private life of Sherlock Holmes. Dirección: Billy Wilder. Guión: Billy Wilder, I.A.L. Diamond. Reparto: Robert Stephens, Colin Blakely, Geneviève Page, Christopher Lee.

LO MEJOR: La ambientación. Siempre mola ver una película de Sherlock Holmes. Es una maravilla se mire por donde se mire.

LO PEOR: Que se nos queden los dientes largos al pensar en las 2 horas de metraje que fueron eliminadas.

NOTA: 9/10.

viernes, 19 de agosto de 2011

La furia del tigre amarillo (1971) - (Xin du bi dao) (The new one-armed swordman)




La película de hoy es uno de los grandes clásicos del cine de Kung Fu de la mítica productora de Hong Kong Shaw Brothers, La furia del tigre amarillo, del año 1971. Aunque esta productora lleva desde 1930 haciendo todo tipo de cine, fueron sus películas de artes marciales de las décadas de los 60 y 70 las que le dieron auténtica fama mundial, convirtiendo sus estrenos en eventos a nivel global. Sin lugar a dudas, el título de hoy es una de sus mejores creaciones.

La trama del luchador manco no era nueva en el cine de Kung Fu, y esta es una de las mejores revisiones que se hicieron. Sí, hablamos de un luchador al que le falta un brazo. Y es que esta es una peli de espadas, sin pertenecer estrictamente al género Wuxia, ya que se encuentra más cerca del cine clásico de aventuras y el western de Hollywood. Y es que los Shaw Brothers sabían hacer cine para todos.



Pero hablemos un poco de la película. Como veréis, es muy dificil diferenciar un western de una película de Kung Fu, en este caso todavía más. Tenemos al solitario luchador Lei Li (David Chiang), experto en la técnica de los sables dobles (vamos, uno en cada mano), que vaga por los caminos sin meterse con nadie hasta que el malvado maestro Lung I Chih (Feng Ku) se cruza en su camino, trazando un pérfido plan para que Lei Li no pueda negarse a combatir con él. Y os preguntaréis por qué. Pues porque el maestro Lung es el mejor luchador y el que más experiencia tiene, y como tiene miedo de que le puedan superar, se dedica a matar o lisiar a los jovenes maestros que empiezan a despuntar en el mundo de las artes marciales. Así que engañana a Lei Li para luchar. Lo que Lei no sabe es que Lung tiene una técnica imbatible para vencer a luchadores con sables gemelos (dos espadas), y al ser vencido, Lei Li tiene que cortarse el brazo derecho y retirarse del mundo de las artes marciales.


Un Lei atormentado se mete a cocinero/camarero manco (pero al mismo tiempo extremadamente habilidoso) en el tugurio de un viejo decrépito que a lo largo de toda la película no pone ni un triste sake (sí, sé que el sake es japonés, pero ¿qué queréis que ponga? ¿Licor de lagarto?). Aquí lo de siempre: los malos se ríen de él, lo putean, y se sobrepasan más allá de los límites de la ley de igualdad con la chica de la peli, la hija del herrero, que pierde el culo por nuestro amigo, el silencioso y torturado camarero manco.

Lei se mantiene fiel a su promesa de abandonar el Kung Fu muy a su pesar, pero tanto los ataques contra su amiga, como la aparición de una versión más joven de él mismo, el maestro Feng (Ti Lung), otro luchador de sables gemelos sobre el que el malvado Lung pondrá sus ojos y sus zarpas, harán que dentro de Lei  Li vuelva a bullir el espíritu del tigre, y ya sabemos que a Rocky Balboa le sirvió para tumbar a Apollo, a Cluber Lang y a Ivan Drago.


Bueno, supongo que ya os podréis imaginar que al final Lei tendrá que ponerse las pilas y utilizar su único brazo para impartir justicia. Y es que como en todo western que se precie (sobre todo en los spaghetti western), la venganza mueve al héroe a salir del ostracismo. Solo os diré que para derrotar la técnica de Lung, Lei Li tendrá que usar 3 espadas a la vez... ¡con solo un brazo!

La película es una maravilla, con una fotografía que haría que Sergio Leone alcanzara el orgasmo, y unas coreografías espectaculares. Además, no todo es lucha y acción, ni mucho menos (solo encontrarán luchas al principio y al final del film), el ritmo del desarrollo es más bien lento, mientras vemos como crecen las maldades de Lung, como si estuviéramos viendo una película de Disney algo más oscura de lo habitual, y con muchos más chinos. Y la música... ¡La música es la pera!

Es sin lugar a dudas, una película que hará las delicias de los amantes de las artes marciales, pero también de aquellos que busquen una buena película de aventuras, de venganzas y de honor. Merece la pena verla y recordar tiempos más sencillos en los que las películas eran divertidas.

Título original: Xin du bi dao / The new one-armed swordman. Dirección: Cheh Chang. Guión: Kuang Ni. Reparto: David Chiang, Li Ching, Ti Lung, Feng Ku, Sing Chen.

LO MEJOR: Diversión y aventuras. Coreografías del más alto nivel. Un manco con 3 espadas.

LO PEOR: Que al final se termina.

NOTA: 8/10

jueves, 18 de agosto de 2011

Érase una vez en América (1984) - (Once upon a time in America)




La primera entrada de este nuevo blog de recomendaciones no podía tratar de cualquier película. Así que he escogido una de las mejores películas que jamás se han realizado sobre el mundo de los gángsteres, el hampa y las calles de Nueva York: Érase una vez en America. Este peliculón de Sergio Leone, fue rodado en 1984, y siendo una de las mejores películas del género, fue sin embargo denostada por la crítica norteamericana por la sencilla razón de que no querían a "ese director italiano" entre los suyos.

Puedo asegurar sin temor a decir ninguna estupidez que esta cinta no solo está a la altura de los mitos del género como El Padrino o Uno de los nuestros, sino que a ratos las supera. Con un reparto impresionante capitaneado por Robert De Niro y James Woods, Leone nos presentó una película de y para cinéfilos (que queda bien claro en el homenaje que le hizo Tarantino en Pulp Fiction, copiando la estructura de flashbacks), de amor por el cine clásico y al mismo tiempo aportando cosas nuevas.


Una película que genera una sensación de absoluta tristeza en el espectador, y al mismo tiempo de una belleza que llega a ser lírica. Narra la historia de unos jóvenes habitantes de los suburbios de Manhattan que se meten en el mundo de las bandas criminales y el hampa para salir adelante y triunfar en la vida. Una perversión del sueño americano que gustó mucho en el cine norteamericano de las décadas de los 70 y 80.


Sin lugar a dudas, estamos ante una de las grandes películas de la historia del cine. Pero como ya hemos dicho, la crítica norteamericana la asesinó, vetándola para los Oscar, e incluso olvidando y marginando la excepcional banda sonora del genio italiano Ennio Morricone, para muchos la mejor BSO de la historia. El cine norteamericano no podía permitir que Leone y Morricone se hicieran con todos los premios, así que la cinta tuvo que sobrevivir gracias a Europa.

El tiempo la ha puesto en un lugar más justo, sin embargo sigue siendo una gran infravalorada entre el gran público, sobre todo porque no es lo suficientemente conocida. El trato que Sergio Leone recibió de los norteamericanos provocó que éste se retirara de la dirección y cayera en una depresión que agudizaría sus problemas de salud (murió de un infarto a los 60 años en 1989). También provocó que Ennio Morricone, eternamente ignorado por esa infame academia que entrega los calvos dorados, generara un recelo irreversible hacia Hollywood (por mucho que le dieran el Oscar honorífico, ya que le debían haber dado como mínimo 3 o 4 Oscar antes que ese).

Título original: Once upon a time in America. Director: Sergio Leone. Guión: Sergio Leone y otros. Reparto: Robert De Niro, James Woods, Elizabeth McGovern, Treat Williams, Joe Pesci, Danny Aiello, William Forsythe, Burt Young, Jennifer Connelly.

LO MEJOR: Que tanta gente de talento se reúna para hacer un auténtico homenaje al séptimo arte.

LO PEOR: El vergonzoso trato que los EEUU le dieron a Leone y Morricone, y en general a la película.

NOTA: 9/10